Los geckos son lagartos de tamaño pequeño a mediano y se encuentran en lugares de climas templados y tropicales de todo el mundo. Existen numerosas especies de geckos, pudiéndose encontrar alrededor de 800de ellas, y donde varían tanto en tamaño como en colores.
Tienen ciertas características que los distinguen de los demás lagartos. Son animales nocturnos y cuentan con unas ventosas especiales en sus dedos, permitiéndoles trepar por techos y paredes. Otra de los rasgos particulares son sus vocalizaciones, emitiendo ruidos chirriantes cuando se encuentran en interacción con otros de su especie.
Al tomar la decisión de tener un gecko como mascota debemos preparar el ambiente para que se parezca lo máximo posible a su hábitat natural. Se lo puede tener en un terrario de cristal bien cerrado, pero donde cuente con una buena ventilación, iluminación, humedad y la temperatura adecuada. También su espacio debe contar con ramas y una buena vegetación.
Nuestro pequeño amigo puede alimentarse a base de insectos como ser grillos, saltamontes y gusanos. Aunque también disfruta mucho comiendo algunos tipos de frutas como manzanas, plátanos, o cualquier otra que no sea un cítrico. Un dato de importancia es que el alimento siempre debe contener una dosis de calcio y vitaminas, que son esenciales para el organismo del gecko. El recipiente con agua nunca deberá faltarle a nuestra mascota.
En cuanto a su carácter se trata de un reptil muy dócil y que generalmente no tiene tendencia a morder. Al retirarlo de su ambiente es importante no hacerlo por largos períodos, puesto que puede resultar estresante para el animal. Nunca se lo debe tomar de la cola, ya que tiene la habilidad de “cortarla” voluntariamente al sentirse atacado.
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