El 80% de los leones (Panthera leo) mueren antes de llegar a los dos años de edad. Además de morirse de hambre, los cachorros pueden ser cazados por hienas, leopardos y chacales. También los búfalos, cuando detectan el olor de crías de león, provocan una estampida con el objetivo de “pisotear” a las crías para mantener a raya a la leona (que se alimenta de sus crías). El hombre también hace lo suyo en contra de la conservación de la especie, dado que se siguen cazando ejemplares que terminan en zoológicos privados o convertidos en pieles.
Solo es posible encontrar a leones en estado salvaje en el Este y el Sur de África. Sus poblaciones han disminuido en un 50% en los últimos 20 años. En la actualidad existen entre 15.000 y 50.000 ejemplares en estado salvaje, cifra bastante inferior a los 100.000 ejemplares que existían a principios del 90 y muy inferior los 400.000 ejemplares que se estimaba vivían en 1950.
Si a los peligros existentes en la naturaleza les sumamos los que genera el hombre, no existen dudas que este fascinante felino corre serios riesgos de supervivencia.
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