Un mono se pasea por Ikea (vídeo)

miércoles, 12 de diciembre de 2012


Un mono se pasea por Ikea (vídeo)
Las personas que paseaban (y pasaban) aquel día por la tienda de Ikea de Toronto, Canadá, quedaron boquiabiertas cuando vieron que un pequeño mono se paseaba por los pasillos que separan la exposición de los diferentes muebles de la tienda. Además, el mono iba vestido con un abrigo y llevaba puesto un pañal. ¿Es que Ikea es tan barato que hasta los monos pueden comprar allí? ¿Era una moderna campaña de márketing (ya se sabe que los publicitarios pueden inventar cualquier cosa)?
Nada de eso. El pequeño simio se había escapado de un coche que estaba en el aparcamiento y había decidido entrar en la tienda, quién sabe si porque hacía más calor que fuera (hay que recordar que hablamos de Canadá en mitad del crudo invierno), quién sabe si buscando a su dueño.

Por suerte, la aventura del mono acabó bien. Fue capturado y las autoridades de la ciudad lo han mandado a un santuario de animales. La noticia se ha difundido a toda velocidad por internet. Sobre todo, en Canadá. “El mono de Ikea” se convirtió en tendencia en la red. Muchos de los clientes que se encontraron con inesperada visión lo tuitearon en sus cuentas incluyendo una fotografía.
El mono es un macaco de cinco meses de edad que se llama Darwin. Hay que agradecer al dueño, al menos, que le pusiera un abrigo para que pudiera soportar la bajas temperaturas invernales que se sufren en Toronto. Darwin se paseó, primero, por el aparcamiento de la tienda de muebles hasta que, finalmente, decidió que la entrada de Ikea era un sitio mejor para estar.

Un animal exótico en Canadá

El Departamento de Servicios Animales de Toronto fue hasta allí y recogió al animal. Darwin fue enviado al que será su nuevo hogar: un santuario para primates ubicado al norte de Toronto.
Las autoridades no han dicho quién es el dueño del animal. Darwin, aunque nació en Montreal (con lo que no proviene del tráfico ilegal entre países) está considerado un animal exótico y su posesión no está permitida en Toronto. El dueño no sólo ha tenido que renunciar a la compañía de Darwin, sino que, además, ha tenido que pagar una multa de 240 dólares canadienses.

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